Tardes de domingo

 Las tardes de domingo en Ameprala, tienen la típica serenidad de los pequeños pueblos de interior. Elena y Coco, aún en invierno, suelen pasar jugando largas horas, al abrigo del sol que, por esta época del año, parece más perezoso. 


Lanzarle la gastada pelota roja a Vagabundo,


pescar en el pequeño arroyo dormilón,


o acariciar el cielo, remontando un travieso barrilete, pueden volverse en las serenas tardes de domingo, inolvidables aventuras de su infancia junto a Vagabundo y Ceniza, que Elena y Coco atesoraran para siempre en sus corazones.

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